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MIS DISCOS DE LOS 70
Álbumes que marcaron una década
Afirma José Miguel López, gran comentarista musical de Radio 3, que la década prodigiosa en la música comprende desde 1965 hasta 1975. Y estoy de acuerdo en gran parte. En este período concurren las épocas de esplendor del Rock Sinfónico, los fenómenos, Beatles, Rolling, el primer (y mejor) Heavy Metal, etc.
Tengo la impresión que la música que escuchas en tu etapa de adolescencia, juventud es la verdaderamente importante y decisiva. La que se graba de manera indeleble en tus recuerdos y la que rememoras con más cariño a lo largo de tu vida. En etapas posteriores podrás escuchar música de mayor calidad y te podrá gustar pero ya no es lo mismo. En mi caso, este período mágico transcurre en la década de los 70.
En esta entrada del blog, «MIs discos de los 70», me voy a referir a aquellos discos (vinilos) que escuché en aquella época y que marcaron una emotiva huella en mi banda sonora vital. (valga la cursilería). Seguiremos un aséptico orden alfabético porque no hay ninguno mejor ni peor. A todos les tengo especial cariño y todos se han grabado en la zona ROM de mi memoria.
Al Stewart – El Año del Gato (1976)
Es su disco más conocido. Cuenta con un excelente sonido acústico, como no podría ser de otra manera, ya que la producción es de Alan Parsons. Bellas composiciones, perfectos arreglos, voz sedosa y perfectamente articulada. Me gusta especialmente «On the border» que, además, presenta tintes españoles. Y, por supuesto, su single y obra maestra: «The Year of the Cat» con perfecta orquestación y un espectacular sólo de saxo. Todo un himno de la época.
Alan Parsons Project – I Robot (1977)
Aquí nos encontramos con un caso inédito en la historia discográfica: la persona que da nombre al grupo ni canta ni toca ningún instrumento. Es el productor. Las voces corren a cargo de un correcto y anónimo Eric Woolfson y arreglos orquestales de Andrew Powell. Alan Parsons es el mejor productor del momento. Fue ingeniero de sonido de los Beatles. Es el creador del sonido Dark Side of the Moon the Pink Floyd, considerado uno de los mejores trabajos de producción de la historia de la discografía. Todavía se sigue utilizando para probar equipos de alta fidelidad y es un referente en calidad de producción. Y volviendo a I Robot, hay que decir que está dedicado a la novela homónima de Isaac Asimov y que el disco es excelente desde principio a fin.
Bob Dylan – Desire (1976)
Su single «Hurricane» sonaba a todas horas por las radios. Una excelente canción dedicada a un boxeador (Rubin Carter). La mítica cantante de Country, Emmylou Harris colabora en varios de los temas y se agradece. Bellísima la balada «Sara», dedicada a su esposa. Un disco muy bien realizado, con sonidos folk rock / country rok y uno de los más sobresalientes de la carrera de Dylan. Recuerdo a la chica que tocaba el violín como la primera vez que veíamos un violín eléctrico.
Bob Marley – Kaya (1978)
Este disco marcó mi verano de 1978 en Llerena (Badajoz). Aunque es el décimo trabajo de Marley era la primera vez que el refrescante sonido Reggae se colaba en nuestras apacibles y adolescentes vidas provincianas. Disco de texturas suaves, a veces hipnóticas, ritmos exóticos y envolventes, narcotizantes incluso (Era Marley). Cómo olvidar «Sun is Shining» con esas sugerentes contra réplicas corales femeninas, el trepidante ritmo de «Is this love» o la misma «Kaya» tan arrebatadóramente enigmática como envolvente. Mágico y loco Bob Marley
Boston – Boston (1976)
Rock duro y sin contemplaciones. Primer trabajo (y el más importante) del grupo. Sonido potente pero elaborado. El tema más conocido fue «More Than a Feeling», pero no podemos olvidar los demoledores «Smokin» y «Peace of Mind». Y muy asociado al estilo de Boston, también estaba Kansas con mayor nivel compositivo e interpretativo (Dust in the Wind), pero esta lista tiene un componente más emotivo que racional y por esta razón incluímos a Boston.
Cat Stevens – Tea for the Tillerman (1971)
Toda una preciosidad de disco. Belleza en la composición, sensibilidad y pureza en la interpretación. Cat Stevens nos deleitó con delicadezas de gourmet como: «Sad Lisa» (preciosa), «Wild World» o la mítica «Father & Son» cantando perfectamente en dos octavas (Tesituras de padre e hijo). Eran tiempos de juventud y guitarras en el parque. Las canciones de Cat Stevens, Simon y Garfunkel, Dylan… eran fáciles de «sacar» en cuanto a los acordes. Como no existían las Game Boys ni el Whatsapp, quedábamos en un algún banco de la plaza para tocar y cantar estos temas. Y volviendo al disco de Cat Stevens hay que señalar que está compuesto por magníficas y bellas canciones, que ya son atemporales, eternas y que forman parte del patrimonio musical de los amantes de la buena música de autor. Imprescindible.
Dire Straits – Dire Straits (1978)
Recuerdo la primera vez que escuché «Sultans of Swing». Estábamos un grupo de amigos, la mayoría aficionados a tocar la guitarra, en un bar de la calle Ezponda (Cáceres). Alguien echa una moneda en la máquina de discos (singles de vinilo) y comienza a sonar. Todos nos quedamos perplejos. ¿Qué demonios? ¡Qué bien sonaba aquéllo! Era como una mezcla del gran J.J. Cale, Clapton, la voz de Dylan, e incluso algunos tintes de los Indios Tabajaras y sus cuerdas de acero. La pusimos varias veces y algún parroquiano del bar ya se empezaba a hartar, jejeje. Lo demás es historia. La historia de un grupazo británico que arranca con una obra maestra. Un estilo original aunque compuesto de ingredientes eclécticos, una manera de tocar un tanto extraña por aquel entonces (dedos en lugar de púa) y una excelente calidad en el fraseo. Inolvidable la imagen de Knopfler con su cinta en el pelo y su Fender Stratocaster roja que parecía cobrar una vida propia.
Eagles – Hotel California (1976)
Probáblemente el mejor disco del mejor grupo de rock sureño o country rock americano. El tema que da nombre al vinilo se convirtió en todo un bombazo cuando salió. Se escuchaba constantemente y ensombrecía, injustamente, al resto de los temas (todos excelentes). Es el quinto LP de The Eagles y la cumbre de su éxito a nivel mundial. Hotel California pasará a la historia como uno de los mejores temas del soft rock de los 70. Un mítico duelo de dos gigantes de la guitarra: Don Felder y Joe Walsh, los cuales se van alternando en los cuatro (4) minutos que dura el mítico sólo. Y, como siempre, el brillante Don Henley en la composición, primera voz, batería y líder del grupo. De todas formas, si tuviera que elegir una sola canción de The Eagles me quedaría con «Take It Easy» de su primer álbum «Eagles» de 1972. Es la fuerza personificada en un Country en estado puro.
Mike Oldfield – Tubular Bells (1973)
En realidad, cuando apareció este primer álbum de Mike Oldfield no le presté excesiva atención. Ha sido posteriormente cuando he reconocido el componente revolucionario que representó en su época. Se trata de un trabajo púramente conceptual, casi una sinfonía girando circular y obsesívamente alrededor del mismo tema melódico. No hay canciones, no hay cortes, no hay pistas. Una evolución secuencial que construye un edificio de atmósferas melódicas y armónicas que te van atrapando sin defensa posible. Se puede decir que Mike Oldfield era un valiente (casi temerario) un Steve Jobs de la música. Hace algo totalmente nuevo. Algo que no tiene nada que ver con nada anterior. Más tarde, Mike Oldfield sigue publicando trabajos que siguen girando sobre la misma idea tubular. En su carrera, hay altibajos, más altos que bajos. Con el tiempo se hace un buen guitarrista y tiene muy claro cómo debe ser una obra. De todas formas, si tuviera que elegir, me quedaría con el Tubular Bells II de 1992. Su obra maestra.
Peter Frampton – Comes Alive (1976)
Compré este doble vinilo con el dinero ganado por cuidar ovejas. Mi primer trabajo. Ahora me entero que es el directo más vendido de la historia. Peter Frampton utilizaba un artilugio que conectaba su boca con la guitarra (Talk-box) y que producía curiosos efectos de sonido, algo parecido a los Wah-Wah de Jimi Hendrix. Aunque nos gustaba la música, los tíos de la pandilla estábamos ya un poco harto de este tronco porque todas las chicas estaban enamoradas del careto del susodicho. A destacar los temas: «Baby, I love your way» y «Do you feel like we do». Frampton siempre ha utilizado las potentes y pesadas Gibson Les Paul Standard con cuerpo de caoba y con un magnífico sustain (nota mantenida)
Pink Floyd – Wish You Were Here (1975)
He estado dudando algún tiempo entre este disco o el mítico Dark Side of the Moon del año anterior. Al final me he decidido por el Wish You porque lo asocio más a los recuerdo de aquella época. Me gustan mucho más estos dos discos que la anterior etapa psicodélica del grupo. Ahora utilizan primitivos sintetizadores analógicos y un empleo más sofisticado de las grabadoras multipista. En los años 70, todos los que presumían de tocar la guitarra acústica debían, obligatoriamente, saber los arpegios y acordes de Wish You Were Here, compuesta por David Gilmour. Como curiosidad, los primeros compases de este tema están grabados directamente de la radio del coche de Gilmour cuando cambiaba emisoras en el díal. Un disco conceptualmente conebido por Waters y pulido artísticamente por Gilmour, dedicado a la ruina humana de Syd Barrett, antiguo miembro y líder de Pink Floyd, ahora totalmente abatido por las drogas y las crisis nerviosas. Ojalá estuvieras aquí.
Simon and Garfunkel – Grandes éxitos (1972)
Por alguna desconocida razón, siempre he asociado este magnífico duo con Cat Stevens. Canciones de bellísima factura como: «Sounds of Silence» que sacábamos a la guitarra con juvenil y temeraria impaciencia. La maravillosa «Scarborurg Fair» de resonancias medievales. La magnífica y eterna: «The Boxer». El folclórico «Condor Pasa» de tintes sudamericanos. Voces y coros en perfectísima y preciosista armonía. Por cierto, recuerdo un compañero del colegio San Antonio, Cáceres (posiblemente de algún curso superior), Ordiales de apellido, magnífico guitarrista, el cual sostenía la afirmación: «la música sudamericana es perfección». Siempre me he acordado de esta frase. Amigo Ordiales, donde quiera que estés ahora recibe un abrazo. Simon y Garfunkel significaron mucho en nuestra banda sonora adolescente y, por lo tanto, aquí nuestro reconomiento.
Supertramp – Even in the Quietest Moments (1977)
Supertramp y la personalísima voz de su líder Roger Hodson están completamente asociados a los años 70. «La overtura del loco», «Give a little bit» o el tema que da título al álbum, «Even in the Quitest Moments». Son canciones decisivas, temas que te transportan a los tiempos de «salir», tiempos de «quedar», tiempos de «ligar», tiempos de mucha energía y poco dinero. Temas generosos en orquestación y minutaje, coqueteando, a veces, con el rock sinfónico. Bella composición y correcta ejecución. Arreglos y producción perfectos. Supertramp, en aquella época, era sinónimo de excelencia.
The Rolling Stones – It’s Only Rock and Roll (1974)
Cierro esta entrada del blog con «The Greatest Rock’n’Roll Band in the World». Los gigantescos Stones. He elegido este vinilo (que aún conservo) porque me marcó fuertemente la memoria y los recuerdos de aquel tiempo. Es un disco poco valorado y reconocido. Es la última vez que participaba el mejor guitarrista que ha tenido la banda: Mick Taylor. Lástima que sus desaveniencias con Keith Richard ocasionara su marcha. La revista «Vibraciones» de los años 70 calificaba el solo de guitarra de Mick Taylor en «Time Waits for no One» como «mercurial» y realmente no hay mejor calificativo. El tema que da título al álbum me ha acompañado siempre con gran satisfacción. La enigmática y misteriosa portada es obra de Guy Peelart y siempre la he contemplado con dudas y admiración.
Conclusión
El amable lector comprobará que en «Mis discos de los 70» existen importantes ausencias. En aquella época escuché mucho Rock Sureño: Marshall Tucker Band, Flying Burrito Brothers, Lynyrd Skynyrd, Crosby-Still-Nash-Young, … Mucho Rock Sinfónico. En la lista no hay nada de Beatles, Who, Led Zeppelin, Queen, Deep Purple, Genesis, Camel, Emerson-Lake-Palmer, Tangerine Dream, etc, etc. Y la razón es la que apunté al principio: no se trata de elaborar un hit parade. La intención es enumerar aquellas obras que marcaron emotivamente la memoria con un nivel más acusado, que se asociaron a aquél momento: que integraron la banda sonora de los años jóvenes.
Parece que me has robado mis discos (menos el de Catestiven que me duermo, es Pacoibañez en el Olimpia pero en inglés).
jajajajaja
Para mi memoria sentimental, añadiría alguno de Genesis (Foxtrot, Nursery Crime), el Made in Japan de Deep Purple o incluso la opera rock de Jesuscristo Superstar. Y quitaría a Simon y Garfunkel, pero me parece que has hecho una estupenda lista y he pasado n buen rato leyéndola.
Cuando tenía 15 añitos ( soy del 59 ), estuvimos dos años enteros el un colegio de la laboral de Córdoba con Hotel California, El año del Gato y el Book of dreams de la Steve Miller Band. Una pasada, aún me acuerdo.
Yo cambio el directo de Peter Frampton por I`m in you (del año siguiente ) . El resto perfecto
me puesto a hacer mi lista de 100 canciones, y veo que hay algunos discos de los que cogería casi todas. Imagino que todos hemos cambiado y escuchado nuevas cosas, aunque sigamos en los 70. No sería buena idea, después de haber hablado de nuestro discos más sentimentaloides, decir algunos de los que escuchamos ahora? Seguro que todos sacaríamos algo nuevo